lunes, 5 de febrero de 2018


Leyenda sobre el origen del vino y teorías más reales y datadas con datos históricos. Viaje por el oriente próximo hasta llegar a nuestros días.

Desde que el mundo es mundo la vid ha existido. Ha acompañado al hombre en su evolución y este la ha utilizado de distintas formas. Como un alimento fresco una vez que las uvas maduran en los racimos. Más tarde ha conservado las uvas en forma de pasas y posteriormente descubrió de forma accidental que se podía sacar una bebida que calmaba la sed e incluso daba cierta euforia.

La leyenda del origen del vino

Como en casi todos los productos y alimentos que nos han acompañado desde siempre en nuestro camino evolutivo, el vino tiene una leyenda sobre su origen.
Cuenta la leyenda, que en Babilonia un rey persa almacenó uvas en un sótano de su palacio para consumir fuera de la estación. Obviamente estas uvas con el correr del tiempo fermentaron y desprendieron anhídrido carbónico, intoxicando a los que las cuidaban. Esta situación les hizo creer que las uvas se habían vuelto muy venenosas.

cc montuno
Una de sus concubinas al intentar suicidarse por el desprecio del rey, tomando este jugo envenenado, muy contrariamente a lo que se suponía se sintió muy feliz y radiante. Al presentarse ante el rey con su alegría contagiosa, este la prefirió entre las otras. Puede llegar a decirse que esta mujer fue la descubridora de las bondades del vino.
Pero hablando sobre orígenes más reales, podemos decir que el nombre del vino, según investigaciones recientes, tuvo su origen en un término hoy desaparecido de la lengua hablada en el antiguo Cáucaso, particularmente en Armenia, la palabra “voino”, la que servía para designar el brebaje embriagador elaborado a partir del fruto del racimo de la vid.
Por eso se puede establecer que el vino como tal surge en el oriente próximo. Es en la biblia donde aparece documentado en escritos, en el Antiguo Testamento, a través de Moisés se pone en evidencia la existencia de la vid y el vino. Aunque, se tiene conocimiento de la existencia de la vid desde mucho antes. La más antigua manifestación del género Vitis (las vides), data de hace más de 63 millones de años con el descubrimiento de una hoja fósil de una ampelídea en una región de Francia.

Las primeras vides


cc Miguel. (respenda)
Las Vitis aparecen en Europa hace unos 26 millones de años, ocupando posiciones moderadamente cálidas en el Macizo Central. Más adelante, hace 2 millones de años, aparece la Vitis viniferae silvestris, quedando después de las glaciaciones en el Cuaternario, refugiada en la cuenca del mar Mediterráneo y sur del mar Caspio.
Las especies Proles Orientalis procedentes del sur del mar Caspio y las del Oriente Medio avanzaron hacia las riberas del Mediterráneo en sentido de este a oeste, mezclándose con las Proles Póntica originarias del Mar Negro, que también se movieron en este mismo sentido cruzándose en su emigración con las Proles Occidentalis procedentes del Occidente Mediterráneo que avanzaban en sentido contrario. Estas especies mezcladas entre sí, se cruzaron con la Vitis silvestris de la Europa del norte, dando origen a las actuales variedades de uva.
Las Proles Orientales presentaban racimos sueltos, con uvas de gran tamaño precursoras de las actuales variedades de uva de mesa. Mientras que las Proles Pónticas y Occidentalis tenían uvas más pequeñas con hollejo siendo antecesoras de las uvas de vinificación. Los cruzamientos de las anteriores con las variedades silvestres del norte de Europa, tuvieron como consecuencia la aparición de viníferas con granos de uva más pequeños y una mayor cantidad de antocianos y taninos, predecesoras de las actuales variedades tintas.
Los frutos de las Vitis silvestris son siempre tintos, por lo que las actuales variedades blancas proceden sin duda de mutaciones de albinismo, perdiendo el pigmento propio de dichas viníferas.
El hombre debió aprovechar los frutos de la Vitis silvestris que aparecían en su entorno. Cuando en sus territorios empezó a escasear la caza, se hizo agricultor y sedentario, domesticando y cultivando las plantas que crecían a su alrededor entre ellas la vid, surgiendo la Vitis vinífera por un proceso de selección.

Las uvas en la actualidad


cc marc.ms
Las actuales variedades de uva son todas Vitis Vinífera o europeas, teniendo su origen en la Vitis silvestris y que cruzándose a veces de manera espontánea y otras a través de la mano del hombre, hoy día forman un inmenso y rico patrimonio varietal compuesto por más de cinco mil variedades distintas.
La teoría más aceptada hasta ahora sobre la expansión de la Vitis silvestris, transformada en vinífera doméstica y cultivada por el hombre, coincide con la migración de los pueblos indoeuropeos hacia el sur y el oeste de sus territorios originales. Primero hacia Oriente Medio, luego a tierras de Egipto y Grecia y más tarde, hacia el Mediterráneo occidental llevadas por los pueblos fenicios, griegos o romanos en sus actividades comerciales y de conquista. Fueron estos los que fueron plantando viñedos en todos aquellos lugares en que la uva resistió a las condiciones climáticas.
Sin embargo, en la actualidad, cada vez toma más fuerza otra teoría conocida como “indigenista”, donde se piensa que antes de la llegada de estos pueblos colonizadores, ya existían viñedos cultivados por sus moradores.
Aunque la teoría indigenista sobre el cultivo de la vid nos presenta su origen compartido en toda la cuenca mediterránea y sur de los mares Negro y Caspio, es en la zona del Cáucaso y Asia Menor donde se inicia la civilización del viñedo y de la producción de vino, tal y como la conocemos hoy. Extendiéndose en primer lugar hacia la costa de Siria y Palestina, luego a Egipto y los países ribereños del mar Egeo y más tarde hacia Cartago (Túnez), Etruria (Italia), Massilia (Francia) e Iberia (España y Portugal). Los fenicios fueron quienes, en su actividad comercial y cultural, extendieron el cultivo de la viña y el vino por todo el Mediterráneo. Posteriormente, los romanos con la conquista militar de su Imperio, consolidaron e incluso ensancharon los límites del viñedo hacia zonas interiores e incluso más frías dominadas por ellos.

Origen e historia del vino.
La historia de la humanidad y la historia de la vid han discurrido paralelamente con el paso del tiempo. Tal y como lo conocemos actualmente, el vino es una bebida alcohólica procedente de la fermentación del zumo de uva, y su nombre procede del latín “vinum”.
Aunque existen indicios de que el cultivo de la vid y la elaboración de bebidas a partir de las uvas ya se realizaban en torno a los años 6.000 y 5.000 a.C., no es hasta la Edad de Bronce (3.000 a.C.) cuando se estima que se produjo el verdadero nacimiento del vino. Los arqueólogos han encontrado indicios que fijan el origen de la primera cosecha de vino en las fértiles tierras regadas por el Tigris y el Eúfrates en el Próximo Oriente (antigua Mesopotamia).
Desde Mesopotamia llegó a Egipto, donde rivalizaría con la cerveza que se elaboraba en el Antiguo Egipto (3.000 a.C.). Las orillas del Nilo fueron tierras de cultivo de la vid y en torno a estas plantas se desarrolló toda una actividad laboral e industrial. El vino se convirtió en símbolo del estatus social y era empleado en ritos religiosos y festividades paganas. En las pirámides se han hallado grabados que simbolizan el cultivo de la vid, la recolección, elaboración y disfrute del vino en fiestas y actos religiosos. En esta época el vino se guardaba en las ánforas durante varios años, teniendo más valor el vino viejo que el nuevo.
La adaptabilidad de la vid favoreció su expansión por Europa Occidental a través de las rutas comerciales, llegando hasta China.
1 Síntesis de https://www.vinoseleccion.com/saber-de-vinos/historia-del-vino

En el 700 a.C., el vino llega en su proceso expansivo a la Grecia clásica. Los griegos lo empleaban en ritos religiosos, funerarios y fiestas populares, asignando al vino una divinidad: Dyonisos. En esta época, se elaboraban vinos con particularidades propias en diferentes regiones de Grecia e incluso existe documentación que indica que se llegaban a importar vinos procedentes de países exóticos, generalmente destinados a las mesas de las clases nobles.
En el Imperio Romano, la elaboración del vino se introdujo en Italia en el 200 a.C. Los romanos adoptan al dios griego del vino cambiándole de nombre, así, Dioniso se convierte en Baco, símbolo de la festividad asociada al consumo de vino.

Los romanos celebraban cada año la fiesta de la vendimia. El primer vino era mezclado con miel y el resto se almacenaba para que fermentara en grandes tinajas de barro o barricas de madera y aparece la figura del vinatero quien añadía al vino sustancias para blanquearlos (los vinos blancos eran los más valorados por los romanos).

Desde Italia, el cultivo de la vid se extiende hacia Francia, Alemania, Italia y España, sembrándose de vides una tercera parte de la vieja Europa.
Durante la Edad Media, las tierras pasan a ser propiedad de la Iglesia y los reyes. Así, la elaboración del vino queda circunscrita a monasterios y castillos. En este periodo se hace extensivo el uso de las barricas de madera para almacenar el vino y, de forma casual, aparecen las primeras bodegas. En este periodo se entiende por bodega el lugar para guardar las barricas de vino, valiosa mercancía que había que proteger de los saqueos, por lo que se guardaban en los sótanos de monasterios y castillos.
Durante la Edad Moderna, los colonizadores españoles llevaban la vid al Nuevo Mundo y empleaban las materias primas de allí traídas (café, cacao, etc) para comerciar con ellas.

Se abre una nueva etapa en la historia del vino, con el perfeccionamiento –en los siglos XVII y XVIII– de las técnicas de vinificación. En este periodo, los vinos de Borgoña, Burdeos y Champaña (Francia) adquieren parte de su posterior fama mundial, gracias, en gran medida, a los comerciantes del norte de Europa. Comienzan a utilizarse las botellas de vidrio para conservar el vino y se inventa el tapón de corcho.

En pleno auge del sector vinícola, a principios del siglo XIX llega la filoxera, que estuvo a punto de acabar con todas las cepas de Europa. En 1865, este pulgón llega desde Estados Unidos y se propaga con tal rapidez que se convierte en epidemia.
Gracias a las cepas que habían llevado los misioneros a América, las cuales resistieron el envite de la enfermedad. De esta forma, se recuperaron las vides silvestres que habían sido llevadas al Nuevo Mundo y se replantaron en Europa, creándose variedades híbridas, que enriquecieron el panorama vitivinícola aportando nuevos vinos.

Durante los últimos 150 años, la elaboración del vino ha evolucionado considerablemente. Con el acceso a la refrigeración, las bodegas han podido controlar fácilmente la temperatura y los procesos de fermentación y producir vinos de alta calidad en regiones de clima cálido. La introducción de maquinaria para la recolección ha propiciado la extensión y la mayor eficacia de las viñas, y la tecnología contribuye a asegurar una oferta uniforme de vinos de calidad.
1.3. Evolución e importancia del turismo enológico.
Con el desarrollo del turismo a partir fundamentalmente de la segunda mitad del siglo XX, primero extranjero y nacional después, se irán consolidando propuestas relacionadas con el mundo de los vinos. Las visitas a bodegas y viñedos supondrán un incentivo más para todos aquellos que recorran zonas vitivinícolas tanto en Europa, como en los dos países en los que se basa el proyecto (Francia y España).

Así, a principios de los años 80, algunas bodegas y Denominaciones de Origen dan un salto más de calidad y comienzan a ofertar verdaderos paquetes enoturísticos.

Varias bodegas reconvierten parte de sus instalaciones (antiguos pabellones de caza, bodegas antiguas, conventos anejos…) en lujosos hoteles o apartamentos, integrándose en el conjunto de las instalaciones de las propias bodegas y en la mayoría de los casos rodeados de los propios viñedos, ofertando así a los visitantes no solo la tradicional visita a las bodegas, sino también la posibilidad de conocer más a fondo los procesos de elaboración y crianza de los vinos y sus características, mediante cursos de catas y otro tipo de actividades relacionadas con la vida de las bodegas y del campo.

A su vez algunas Denominaciones de Origen comienzan a poner en valor su patrimonio histórico y museístico sobre el mundo de los vinos, los licores y los destilados. El amante o simplemente aficionado a la cultura del vino dispone así de centros de interpretación y museos donde ampliar sus conocimientos o simplemente disfrutar del material que se expone en los mismos.
Todo ello, ayudado también por el progresivo interés que se va mostrando por parte de un mayor público en conocer la cultura del vino, hace que el turismo enológico crezca de manera significativa durante las últimas décadas, convirtiéndose así en una de las tipologías turísticas con mayor proyección, tanto a nivel económico, como geográfico, cultural y gastronómico.

Zonas vitivinícolas en Portugal

Se trabaja con más de 250 variedades de uva propias como la Arinto blanco, Encruzado, Fernão Pires (que genera gran cosecha tardía), Armar...

Aprenda a conocer los vinos

SIEMBRAS DE UVA